COFRADÍA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LOS SANTOS MÁRTIRES
La primitiva Cofradía del Santísimo Sacramento de los Santos Mártires
-al igual que las erigidas en las otras tres colaciones- es anterior al Concilio de Trento
(1.545-1.563) y tiene su origen en las corporaciones eucarísticas fundadas y amparadas por
Teresa Enríquez (prima hermana del rey Fernando) que fue llamada por su exacerbada devoción
eucarística "la loca del Sacramento". En virtud de lo dispuesto por Paulo III en 1.539,
quedó agregada a la Pontificia Archicofradía de la Minerva de Roma, siendo fundada esta última en 1.520. De
este modo la sacramental de los Mártires pasa a disfrutar de todos los títulos, gracias y
privilegios a la misma concedidos. Por lo tanto la Sacramental de los Mártires podía utilizar,
aunque en la documentación nunca se exprese así, el título y el rango de "Archicofradía".
Esta Hermandad Sacramental de los Mártires labró una capilla presidida por una imagen de la
Inmaculada Concepción. No obstante, si hay un hecho importante acaecido en el seno de esta
corporación en el siglo XVII es la fundación de una asociación filial en 1.645, la Ilustre
Esclavitud del Santísimo Sacramento.
El siglo XVIII será la época dorada de la Hermandad.
Primeramente, en 1.713, la primitiva Archicofradía decide trasladar su originario lugar de
ubicación y labrar otra capilla dentro de la propia Parroquia. Para ello consiguen la cesión de
un solar contiguo a la torre, junto al Cementerio (actual capilla de la Archicofradía
Sacramental de Pasión), en donde comenzarán a edificar un retablo en el que ubicar la imagen
de Nuestra Señora de la Concepción, así como una bóveda para enterramientos con el fin de dar
entierro a los hermanos fallecidos e, igualmente, procurar un ingreso extraordinario.
Las obras, cuyo coste se elevó más de lo previsto, fueron acabadas en 1.729 gracias a la
aportación de D. Andrés Natera Salvatierra y Prados, Caballero de la Orden de Calatrava.
De ello es fiel testigo la colocación, en la clave del arco de acceso a esta última capilla,
del escudo nobiliario de la familia Natera así como la elaboración de un retablo que contenía
en su hornacina central las imágenes de las Santas Justa y Rufina.
Esta no será la única empresa artística que promueva la Cofradía: a partir de 1.756 se lleva a cabo la
reordenación y ampliación de la Parroquia, construyéndose una nueva cabecera, atendiendo a un doble criterio
monumental de exaltación:
- por un lado de la Eucaristía como Sacramento primordial de la Iglesia;
- por otro, como lugar
de veneración de los Santos Mártires, Ciriaco y Paula.
Este planteamiento espacial se completaba con un magnífico
repertorio iconográfico asignando a las naves de la iglesia una determinada Virtud Teologal: la central es la Fe, la
de la Epístola es la Esperanza y la del Evangelio la Caridad.
A medida que se realizaban las obras, fueron introduciéndose
modificaciones destacando sobre todo la inserción en el testero de la Capilla Mayor de un gran retablo con camarín, en el que se
dispondrían las imágenes de los Santos Patronos que, en un principio, se situarían junto al
tabernáculo ubicado bajo la cúpula. Sin embargo, el resultado final presenta por un lado, la
unión en planta de un esquema basilical de tres naves, con otro circular conformado por la
cabecera trilobulada en la que se integran el crucero, presbiterio y Capilla Mayor,
rememorándose así los modelos de edificios -como el Santo Sepulcro de Jerusalén- que desde la
era paleocristiana se dedicaban al culto de los mártires; y por otro, esta simbología
espacial se completaba con la disposición bajo la cúpula de un Tabernáculo que albergaría el
Sagrario, evocando a Cristo como Rex Martyrum, convirtiéndose toda la magnitud del recinto
en una monumental Capilla Sacramental.
De todo este patronazgo artístico y apoyados en la documentación de la época,
observamos que
la Archicofradía Sacramental de los Santos Mártires se convirtió en una de las asociaciones más
pujantes a lo largo de todo el siglo XVIII, al amparo de sus homónimas de San Juan, Santiago y
el Sagrario, que igualmente llevaron a cabo consustanciales obras de mejora y acrecentamiento
de sus respectivas fábricas parroquiales, superando con creces la actividad de las Hermandades
pasionistas del momento, en su mayoría inmersas y gravadas por cuantiosas deudas económicas.
El comienzo del siglo XIX viene marcado por la fiscalización estatal
a las Hermandades y Cofradías. En este sentido se ordena el 25 de Junio de 1.783 la extinción
de las Hermandades gremiales, y todas las erigidas sin autoridad real ni eclesiástica;
decretando que sólo pudieran subsistir las aprobadas por ambas potestades y las Sacramentales,
"...admirables por el sagrado objeto de su instituto … con tal que, si no se hallasen aprobadas
por las jurisdicciones real y eclesiástica, se aprueben…".
Consecuentemente, la Archicofradía Sacramental hubo de remitir convenientemente sus estatutos,
sin que hasta el momento sepamos con certeza documental lo que éste órgano dirimió. No obstante
sí existe constancia del paulatino descenso de las prácticas eucarísticas en la parroquia de
los Mártires en el siglo XIX.
Entre 1.838 y 1.856, la Hermandad Sacramental se fusionaba con la
Cofradía de Nuestra Señora de la Concepción Dolorosa, la cual radicaba desde esa fecha en la
parroquial de los Mártires si bien parece que la unión con la asociación eucarística fue
meramente una argucia legal para eludir el control civil, puesto que realmente el culto
sacramental se redujo de forma tan considerable que ya, en los albores del siglo XX, se creía
totalmente extinguido.
Consta igualmente documentado cómo en 1.920 tuvo lugar la fusión, en
la misma parroquia de las Cofradías de Nuestra Señora de la Concepción Dolorosa y de Nuestro
Padre Jesús Orando en el Huerto. En las reglas aprobadas en tal fecha, no hay referencia
alguna a la primitiva Hermandad Sacramental.Tanto es así que, en 1.926, el entonces Párroco de
los Mártires, convencido de que la Cofradía del Santísimo había desaparecido y animado por un
grupo de feligreses, promovió la organización de una nueva corporación eucarística, redactándose
unos Estatutos que fueron sometidos a la aprobación del obispo González García, "inaugurándose"
la nueva Cofradía del Santísimo Sacramento en la festividad de la Epifanía de 1.927.
En 1.978, otra de las Hermandades con sede en los Mártires, la de
Nuestro Padre Jesús de la Pasión, se fusiona con la Cofradía Sacramental creada en 1.926, ya
que ésta no estaba aún extinguida conforme a lo estipulado por la normativa canónica.
En fechas recientes, el Obispado mediante decreto reconoce a las
Cofradías de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto y a la de Nuestro Padre Jesús de la
Pasión, el derecho a ostentar el título de Archicofradía Sacramental. Tal privilegio se aplica
en función de las fusiones que a lo largo del siglo XX realizaron ambas asociaciones con el
instituto eucarístico correspondiente. Así, la Cofradía del Huerto rehabilita a la primitiva
Archicofradía Sacramental de los Santos Mártires que tan decisiva influencia tuvo en la
reordenación y ampliación de esta Iglesia en el siglo XVIII; y la Cofradía de la Pasión
mantiene a la que adoptó en 1.978.
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