Este anuncio del Papa es continuación de aquel que lanzó en Sidney en el
año 2.008, y que nos llenó de alegría, cuando al despedirse dijo:
"Queridos amigos:
Llega ahora el momento de deciros adiós o, más bien, hasta la vista. Os doy las gracias a
todos por haber participado en la Jornada Mundial de la Juventud 2008, aquí en Sidney, y
espero que nos volvamos a ver dentro de tres años. La Jornada Mundial de la Juventud 2011
tendrá lugar en Madrid, en España. Hasta ese momento, recemos los unos por los otros, y demos
ante el mundo un alegre testimonio de Cristo. Que Dios os bendiga".
En relación a las JMJ, Juan Pablo II, que participó en muchas de ellas,
había dicho:
"Con el paso de los años se ha demostrado que las Jornadas de la Juventud no son
ritos convencionales, sino acontecimientos providenciales, ocasiones para que los jóvenes profesen y proclamen cada vez con más alegría su fe en Cristo.
Estando juntos pueden interrogarse sobre las aspiraciones más profundas, experimentar la comunión con la Iglesia, comprometerse con la urgente tarea
de la nueva evangelización. De esta forma se dan la mano, formando un gran corro de amistad, uniendo los colores de la piel y de las
banderas nacionales, la diversidad de las culturas y de las experiencias, en la adhesión de fe en el Señor resucitado".
El fruto que uno saque de una JMJ podemos decir que es proporcional a cómo
uno esté viviendo la vida. Quien vive de modo superficial, no suele ver las cosas en profundidad, y quien se toma la vida en serio, ve las cosas
en profundidad. Así quien vive de modo superficial, generalmente considerará que lo que el Papa dice no tiene trascendencia, que no hay por qué
leerle, escucharle, etc. Y no sería raro que esta misma persona, trivializase en otras áreas de su vida: diversiones, estudios, y sobre todo en
la más importante: su relación con Cristo.
La JMJ es para todos, de modo especial para ayudar a los jóvenes a salir de la
superficialidad. Como te puedes imaginar no es un acto de histéricos, de gritos, etc., sino que es algo mucho más profundo. Merece la pena
recorrer medio mundo para participar. De ellas decía Juan Pablo II:
"Por este motivo los jóvenes son invitados periódicamente a hacerse peregrinos por los caminos del mundo. En ellos la
Iglesia se ve a sí misma y su misión entre los hijos de los hombres; con ellos acoge los desafíos del futuro, consciente de que toda la humanidad
necesita una renovada juventud del espíritu. Esta peregrinación del pueblo joven construye puentes de fraternidad y de esperanza entre los
continentes, los pueblos y las culturas. Es un camino siempre en movimiento. Como la vida. Como la juventud".
Benedicto XVI: "¿Por qué y para qué ha venido esta multitud de jóvenes a Madrid?.
Muchos de ellos han oído la voz de Dios, tal vez solo como un leve susurro, que los ha impulsado
a buscarlo más diligentemente y a compartir con otros la experiencia de la fuerza que tiene en
sus vidas. Este descubrimiento del Dios vivo alienta a los jóvenes y abre sus ojos a los
desafíos del mundo en que viven, con sus posibilidades y limitaciones. Ven la superficialidad,
el consumismo y el hedonismo imperantes, tanta banalidad a la hora de vivir la sexualidad, tanta
insolidaridad, tanta corrupción. Y saben que sin Dios sería arduo afrontar esos retos y ser
verdaderamente felices, volcando para ello su entusiasmo en la consecución de una vida auténtica.
Pero con Él a su lado, tendrán luz para caminar y razones para esperar, no deteniéndose ya ante
sus más altos ideales, que motivarán su generoso compromiso por construir una sociedad donde se
respete la dignidad humana y la fraternidad real (extracto)".
Benedicto XVI: "Sí, hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más
raíces ni cimientos que ellos mismos.
Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo
injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias;
dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada
momento. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas, porque,
en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin
Dios. Nosotros, en cambio, sabemos bien que hemos sido creados libres, a imagen de Dios,
precisamente para que seamos protagonistas de la búsqueda de la verdad y del bien, responsables
de nuestras acciones, y no meros ejecutores ciegos, colaboradores creativos en la tarea de
cultivar y embellecer la obra de la creación. Dios quiere un interlocutor responsable, alguien
que pueda dialogar con Él y amarle. Por Cristo lo podemos conseguir verdaderamente y, arraigados
en Él, damos alas a nuestra libertad. ¿No es este el gran motivo de nuestra alegría? ¿No es este
un suelo firme para edificar la civilización del amor y de la vida, capaz de humanizar a todo
hombre?"(extracto).
Benedicto XVI: "El encuentro personal con Cristo que nutre vuestra
consagración debe testimoniarse con toda su fuerza transformadora en vuestras vidas; y cobra
una especial relevancia hoy, cuando «se constata una especie de “eclipse de Dios”, una cierta
amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe
recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza... Frente al
relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad que testimonia la
consagración como una pertenencia a Dios sumamente amado". (extracto).
Benedicto XVI: "A veces se piensa que la misión de un profesor universitario sea hoy exclusivamente la de formar profesionales competentes y
eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento. También se dice que lo único que se debe privilegiar
en la presente coyuntura es la mera capacitación técnica. Ciertamente, cunde en la actualidad esa visión utilitarista de la
educación, también la universitaria, difundida especialmente desde ámbitos extrauniversitarios. Sin embargo, vosotros que
habéis vivido como yo la Universidad, y que la vivís ahora como docentes, sentís sin duda el anhelo de algo más elevado que
corresponda a todas las dimensiones que constituyen al hombre. Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo
inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites,
más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior
al mero cálculo de poder. En cambio, la genuina idea de Universidad es precisamente lo que nos preserva de esa visión
reduccionista y sesgada de lo humano". (extracto).
Benedicto XVI: "Me alegra profundamente celebrar la Santa
Misa con todos vosotros, que aspiráis a ser sacerdotes de Cristo para el servicio de la
Iglesia y de los hombres, y agradezco las amables palabras de saludo con que me habéis
acogido. Esta Santa Iglesia Catedral de Santa María La Real de la Almudena es hoy como un
inmenso cenáculo donde el Señor celebra con deseo ardiente su Pascua con quienes un día
anheláis presidir en su nombre los misterios de la salvación. Al veros, compruebo de nuevo
cómo Cristo sigue llamando a jóvenes discípulos para hacerlos apóstoles suyos, permaneciendo
así viva la misión de la Iglesia y la oferta del evangelio al mundo. Como seminaristas,
estáis en camino hacia una meta santa: ser prolongadores de la misión que Cristo recibió del
Padre". (extracto).
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Benedicto XVI: "Con piedad y fervor hemos celebrado este Vía Crucis, acompañando a Cristo en su Pasión y Muerte. Los comentarios de las Hermanitas de la Cruz, que sirven a los más pobres y menesterosos, nos han facilitado adentrarnos en el misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, que contiene la verdadera sabiduría de Dios, la que juzga al mundo y a los que se creen sabios (cf. 1 Co 1,17-19). También nos ha ayudado en este itinerario hacia el calvario la contemplación de estas extraordinarias imágenes del patrimonio religioso de las diócesis españolas. Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión". (extracto).
Benedicto XVI: "Sí, queridos amigos, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios. Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios". (extracto).
Benedicto XVI: "Con la celebración de la Eucaristía llegamos al momento culminante de esta
Jornada Mundial de la Juventud. Al veros aquí, venidos en gran número de todas partes, mi corazón se llena de gozo pensando en el afecto especial
con el que Jesús os mira. Sí, el Señor os quiere y os llama amigos suyos (cf. Jn 15,15). Él viene a vuestro encuentro y desea acompañaros en
vuestro camino, para abriros las puertas de una vida plena, y haceros partícipes de su relación íntima con el Padre. Nosotros, por nuestra parte,
conscientes de la grandeza de su amor, deseamos corresponder con toda generosidad a esta muestra de predilección con el propósito de compartir
también con los demás la alegría que hemos recibido. Ciertamente, son muchos en la actualidad los que se sienten atraídos por la figura de Cristo
y desean conocerlo mejor. Perciben que Él es la respuesta a muchas de sus inquietudes personales. Pero, ¿quién es Él realmente? ¿Cómo es posible
que alguien que ha vivido sobre la tierra hace tantos años tenga algo que ver conmigo hoy?". (extracto).