Parroquia de los Santos Mártires
Ciriaco y Paula 2222222Málaga
LA MATERNIDAD DIVINA
El dogma de la Maternidad Divina se refiere a que la Virgen María es
verdadera Madre de Dios. Este dogma es la clave de toda la Mariología, porque la maternidad divina
es la raíz y la suprema razón de todas las demás gracias y privilegios concedidos por Dios a
la Virgen María. Fue solemnemente definido por el Concilio de Efeso (año 431). Tiempo
después, fue proclamado por otros Concilios universales, el de Calcedonia y los de Constantinopla.
El Concilio de Efeso, del año 431, siendo Papa San
Clementino I (422-432) definió: "Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es
verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios
hecho carne, sea anatema." El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así: "Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades". |
LA ASUNCIÓN El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, luego de su vida terrena fue elevada
en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución
Munificentisimus Deus: "Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces
y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la
Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor
del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría
de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles
Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado
que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal,
fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo". Sin embargo, es una celebracion que tiene sus origenes en el Siglo IV en las Iglesias de Oriente y en el Siglo VI en las de Occidente. Fue el Emperador bizantino Maurizio quien declaro el 15 de Agosto como fecha oficial con el nombre de Dormitio o Dormición de María. A manera de aclaración, el emperador solamente dispuso la fecha, NO ordenó la celebración, pues la celebración ya estaba por tradición, sin contar con una fecha en el calendario. El Primer Teologo en Escribir sobre la Asunción de María fue San Juan Damaseno, quien en sus escritos establece que no es de menos esperar que aquella que habia sido elegida desde antes de nacer, para ser pulcra antes, durante y después del parto, también fuera excluida de la corruptibilidad de la muerte. San German de Constantinopla, expresa su convicción de que "Ella que tiene un cuerpo virginal, casto y santo, esta exenta de disolverse en polvo." Pero no fue sino hasta el Siglo XII que la Doctrina sobre la Asunción de María fue desarrollada por San Agustin y confirmada mas tarde por Santo Tomas de Aquino, ambos grandes Doctores de la Iglesia, en la Declaración "Ad Interrogata". Finalmente, después de un proceso de consulta con los obispos del mundo y habiendo recibido el apoyo unánime, el Papa Pio XII lo declara como Dogma de Fe. |
LA INMACULADA CONCEPCIÓN
El dogma de la Inmaculada Concepción establece que María fue concebida sin mancha de pecado original.
El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en
la Bula Ineffabilis Deus.
"Declaramos,
pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia
y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del
genero humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios,
por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles." En este dogma, el término "concepción", hace referencia a un sentido pasivo y nunca activo, en tanto en cuanto, atañe no ya al acto por el que sus padres la conciben, sino a la descendencia concebida; a que la misma Virgen María, al iniciar su concepción, de ninguna manera recibe signo de imperfección ni sombra de pecado alguno.
Esta Verdad Dogmática hunde sus raíces fundamentales en el valor exegético-mariológico del Texto Protoevangélico (Gen 3,14-15); de modo que, en 1953, Pío XII, en la Encíclica Fulgens Corona deja asentado que «El fundamento de la doctrina (del dogma) se encuentra ya en la S. Escritura, en que Dios Creador, después de la caída lamentable de Adán, se dirige a la serpiente tentadora y seductora…». En el N. T., existe otro texto de gran plenitud, fundamento bíblico del dogma: el «Ave, llena de gracia» (Lc 1,28). Son, en suma, dos textos de enorme riqueza que expresan claramente la plena santidad de María, quien siempre estuvo exenta de pecado sin sujeción jamás al diablo. En el momento en que la exégesis llegó a captar el sentido pleno de tales textos, la Iglesia pudo formular el dogma de la Inmaculada.
|
LA PERPETUA VIRGINIDAD El dogma de la Perpetua Virginidad se refiere a que María fue Virgen antes, durante y
perpetuamente después del parto. En el Concilio de Letrán celebrado en el año 649 se efectuó
la solemne definición dogmática. Así, los Padres del Concilio inspirados por el Espíritu Santo
compusieron el canon tercero que declaraba este dogma:
“Si alguno, de acuerdo con los Santos
Padres, no confiesa que María Inmaculada es real y verdaderamente Madre de Dios y siempre
Virgen, en cuanto concibió al que es Dios único y verdadero -el Verbo engendrado por Dios
Padre desde toda la eternidad- en estos últimos tiempos, sin semilla humana y nacido sin
corrupción de su virginidad, que permaneció intacta después de su nacimiento, sea anatema”.
Hay un personaje que resaltar y hacer justicia respecto a esta
definición. Se trata de Máximo de Turín, obispo de Turín que ya en el año 398, (se cree que
murió entre el 408 y el 423) se anticipó a la definición del dogma de la Perpetua Virginidad.
En uno de sus sermones (5: PL 57, 235) se expresó en estos términos: “La Virgen concibe sin la intervención de
varón; el vientre se llena sin el contacto de ningún abrazo; y el casto seno se acogió al
Espíritu Santo, que los miembros puros custodiaron y el cuerpo inocente albergó. Contemplad
el milagro de la Madre del Señor: es virgen cuando concibe, virgen cuando da a luz, virgen
después del parto. ¡Gloriosa virginidad y preclara fecundidad!”. Otras declaraciones: "Ella es la Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo cuyo nombre
será Emanuel" (Cf. Is., 7, 14; Miq., 5, 2-3; Mt., 1, 22-23) (Const. Dogmática Lumen Gentium,
55 - Concilio Vaticano II). "La profundización de la fe en la maternidad virginal ha
llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del
Hijo de Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo "lejos de disminuir consagró la
integridad virginal" de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María como la 'Aeiparthenos',
la 'siempre-virgen'." (499 - catecismo de la Iglesia Católica). |
Parroquia de los Santos Mártires Ciriaco y Paula |
Plaza de los Mártires nº 1 29008 Málaga España |
Tel. 952 212 724 |